La jueza devuelve el móvil de Déborah a su familia tras el fallido rescate de datos

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

El cuerpo de Déborah Fernández apareció en una cuneta en Vigo en abril del 2002.
El cuerpo de Déborah Fernández apareció en una cuneta en Vigo en abril del 2002. cedida por la familia

Escepticismo sobre si, técnicamente, se podrá hacer una nueva revisión por parte de expertos forenses informáticos

02 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Tui ha devuelto a la familia el teléfono móvil que perteneció a Déborah Fernández-Cervera, desaparecida hace 22 años y hallada muerta en una cuneta a 40 kilómetros de distancia diez días después. La devolución se produce después de que expertos policiales intentasen rescatar sin éxito los datos del interior del aparato, un Nokia antiguo que solo tenía llamadas y mensajes SMS y al que le faltaba la tarjeta. Una de las incógnitas que se baraja es si los allegados intentarán un nuevo rastreo de los datos del dispositivo mediante la contratación de peritos informáticos especializados.

El año pasado, los forenses informáticos de Lazarus Technology mostraron a las autoridades la ruta para encender el Nokia sin dañar la memoria ni borrar otros datos durante el arranque. Una posibilidad que flota en el aire es que este laboratorio realice ahora un segundo intento para extraer metadatos o cualquier información valiosa que haya quedado en la memoria interna del dispositivo.

Todo depende de lo que decida hacer la familia. Fuentes cercanas al caso indican que el primer examen del teléfono no reveló ningún dato útil y que volverlo a intentar no tendría sentido. Dudan que finalmente se lleve a cabo esta operación.

El teléfono de Déborah era una de las últimas bazas para sacar nuevas pistas del caso, ahora archivado salvo respecto al único investigado, un hombre que en aquellas fechas era el exnovio de Déborah aunque ambos seguían manteniendo una relación cordial y de amistad.

La investigación queda, de momento, solo pendiente de los resultados de la toma de ADN del exnovio, a la que accedió voluntariamente hace unas semanas. Si los resultados salen negativos, el caso podría entrar en su recta final hacia el archivo. El examen del móvil para intentar rescatar algún dato sería la última baza, salvo que surjan nuevas iniciativas de la acusación.